Boom de Importaciones Amenaza a la Industria Textil: Casi el 70% del Consumo de Ropa Ya Proviene del Exterior
En un panorama alarmante para la industria textil local, se ha reportado que siete de cada diez prendas que adquieren los consumidores argentinos son importadas. Este aumento en las importaciones ha sido notable en el inicio de 2025, cuando el 67% del consumo de ropa proviene del exterior, marcando un récord histórico.
Un informe de la Fundación Protejer indica que, en el primer trimestre del año, las importaciones de ropa y textiles para el hogar experimentaron incrementos del 86% y 109% en términos de volumen, respectivamente. La caída en los precios de importación, que alcanzó un 26% anual en indumentaria, ha incentivado este fenómeno, facilitando el ingreso de productos extranjeros al mercado local.

Factores que Contribuyen al Aumento de Importaciones
El informe señala que el contexto de desregulación y apertura comercial ha creado un ambiente propicio para el aumento de importaciones. Además, se ha observado que los tejidos de punto importados están entrando al país a un precio promedio un 45% más bajo que en años anteriores, lo que refuerza las sospechas de subfacturación en las aduanas.
Otros factores críticos incluyen la eliminación del régimen antidumping, la falta de regulaciones sobre sustancias nocivas en la ropa, y la apreciación del peso argentino, además de la baja de aranceles. Estas condiciones generan un fuerte incentivo para la importación de bienes, perjudicando a la producción local desde los agricultores hasta los confeccionistas.
Impacto en la Industria Nacional
La disminución de aranceles está poniendo en jaque a la industria textil nacional, lo que podría traducirse en el cierre de empresas y pérdida de empleos. La Fundación Protejer alerta que esta tendencia ya se refleja en el cierre de empresas y la pérdida de eslabones clave dentro de la cadena de valor. Actualmente, dos tercios de las prendas que compran los argentinos son importadas, el porcentaje más alto desde que se comenzó a registrar este dato en 2015.
El informe también cuestiona el impacto que la apertura comercial tendrá en los precios para el consumidor final, sugiriendo que los costos de comercialización y la diferencia entre precios de fábrica y precios al por menor son factores determinantes. Según las estimaciones, la reducción de aranceles podría ocasionar una caída de solo un 2% en los precios de la ropa, mientras que la reducción de impuestos tendría un efecto mucho más significativo.
Con la situación actual, la industria textil enfrenta retos considerables que ponen en peligro no solo su viabilidad, sino también la sostenibilidad de empleos y la producción local en el país.